Mientras va madurando la uva en la finca de Can Guilera, se va realizando un seguimiento de las viñas. La intención es decidir qué viñedos darán los mejores frutos y cuál es el día más adecuado para cosecharlos. Una vez vendimiadas las uvas, el objetivo es mantener toda su frescura, recorriendo con rapidez la corta distancia entre la cepa y la bodega.
La obtención del mosto se hace suavemente, haciendo estallar los pequeños granos de uva con lentitud, para potenciar los sabores deseados. La producción de los diferentes viñedos se vinifica por separado. De esta manera se sigue la evolución desde la viña hasta la copa. En la bodega, se trabaja combinando la última tecnología y las técnicas más tradicionales, porque el vino saque a la luz todo su potencial.
Los vinos de Coma Romà no son fruto de la casualidad. Responden al hecho de tener un conocimiento profundo de las viñas, de las variedades que se cultivan y de las técnicas de vinificación. Son la culminación de 700 años de tradición, de trabajo, de rigor y de respeto.